es un término que procede del latín consensus y que hace referencia al
Una decisión por consenso, por lo tanto, es aquella que se toma gracias al acuerdo de una mayoría pero, a su vez, tratando de minimizar el nivel de conflicto con la minoría. Esto quiere decir que una decisión tomada por la mayoría no siempre implica un consenso, ya que puede avasallar la opinión de la minoría.
El consenso no requiere el consentimiento activo de todos los involucrados: alcanza con que, quienes se oponen la decisión, atenúen su rechazo y toleren la disidencia. Gracias al consenso, una sociedad puede alcanzar la paz social y la convivencia armónica.
Si los dirigentes no buscan generar consenso, los estallidos de violencia son más probables, ya que los grupos que no comparten las decisiones de las autoridades sentirán que sus derechos no son reconocidos y tendrán una mayor tendencia al conflicto.
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